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jueves, 13 de febrero de 2014

Ilegales y Jorge Martínez

Ilegales
David Alonso, Jorge Martínez y Willy Vijande (formación clásica)

El excelente guitarrista y compositor Jorge María Martínez García nació en Avilés en 1955. En 1977 forma el trío Madson junto al batería David Alonso y su hermano Juan Carlos al bajo, que tras su marcha es sustituido por Íñigo Ayestarán, pasando a llamarse Ilegales. Premiados en el concurso pop rock Villa de Oviedo, participan en un disco colectivo con los temas «Europa ha Muerto», «La Fiesta» y «Princesa Equivocada».




Con Discos Arrebato graban el single «Revuelta Juvenil en Mongolia» y «La Pasta en la Mano», así como el álbum completo «Ilegales» (1982), que posteriormente venden a una discográfica, iniciando una línea independiente que caracteriza a la banda, según Jorge Martínez desmarcada absolutamente de la «movida madrileña», a comienzos de los años ochenta. Famoso por su lengua viperina, Jorge Martínez reniega de las discográficas, afirmando que Ilegales sobrevivió como una pequeña célula anarquista durante veinticinco años sin el apoyo de los medios, considerada como la mejor banda de rock de habla hispana en Latinoamérica.

«Yo tengo la esperanza de que salga gente que haga cosas mejores, porque oír cosas buenas es un placer, pero, de momento y por desgracia, esto es lo mejor que se ha hecho».

Willy Vijande sustituye a Íñigo Ayestarán, integrándose en la formación más clásica y aclamada de Ilegales, que recorre España con un directo repleto de energía e insolencia, salvaje y con una fuerte presencia sobre el escenario, aderezado con multitud de declaraciones incoherentes, desafiantes y provocativas de Jorge Martínez, realzando una leyenda que no se sabe a ciencia cierta dónde termina la verdad y comienza el mito.




«Agotados de Esperar el Fin» (1984) y «Todos Están Muertos» (1985) afianzan el éxito de la banda, que recrudece su música y sus letras y triunfa en Sudamérica, donde llena grandes recintos. Ilegales crea el sello discográfico «Discóbolo Records» con idea de grabar bajo su control, ofreciendo temas a las compañías discográficas para que participen lo menos posible en su creación y posterior gestión.

«Cuando los discos de Ilegales se venden mucho, digo: ¡joder! Algo tengo que estar haciendo mal. Porque la mayor parte de la gente tiene un gusto bastante malo. Y eso lo demuestran las listas. Si ves las listas, cuanto mejor clasificado está un artista, peor es la calidad de su música».

Tras el doble álbum «Directo» (1986), Jorge Martínez amplía la formación con el teclista Antolín de la Fuente y el saxofonista Juan Flores, sustituyendo a David Alonso por Alfonso Lantero. «Chicos Pálidos Para la Máquina» (1988) supone la marcha de Willy Vijande por discrepancias con Jorge Martínez, siendo sustituido por Alejandro Felgueroso y posteriormente Rafa Kas.




«(A la Luz o a la Sombra) Todo Está Permitido» (1990) incorpora a Jaime Belaustegui y supone un breve regreso de Willy Vijande. Tras «Regreso al Sexo Químicamente Puro» (1992), la banda pasa a un segundo plano en el panorama rock, manteniendo numerosos incondicionales. Willy abandona definitivamente la banda, formando «Electric Playboys» junto a Rafa Kas.




«El Corazón es un Animal Extraño» (1995) es un excelente trabajo que a pesar de pasar desapercibido es aclamado por sus más fieles seguidores. Alejandro Blanco es el nuevo bajista entonces. Reducidos finalmente a trío, «El Apostol de la Lujuria» (1998) incluye al jovencísimo batería Ruben Mol.




El álbum directo «El Día que Cumplimos Veinte Años» (2002) reúne a Willy Vijande, Rafa Kas, Alejandro Blanco, Alfonso Lantero, Rubén Mol, Juan Flores y Antolín de la Fuente.

Ilegales crea el sello discográfico «La Casa del Misterio», publicando «Si la Muerte me Mira de Frente, me Pongo de Lao» (2003). Junto al sello Pop Up reedita todos sus discos bajo el título «126 Canciones Ilegales» (2010), cuyo lanzamiento coincide con la despedida de Ilegales y su reconversión en «Jorge Ilegal y los Magníficos», formación dedicada a versiones de otros artistas, recuperando sonidos de décadas pasadas.

En 2009, Jorge Martínez recibe un disco de diamante por su trayectoria, que únicamente acepta de las manos de El Gran Wyoming. Crítico con la década de los ochenta, afirma que Ilegales no tuvo nada que ver con aquellos grupos que tenían dificultades para cambiar de re a do y enchufaban la guitarra en el secador de su madre. Interesado en el cine, bucea y ultima la escritura de libros, experimentando con otros tipos de música.




«Llevo tocando desde finales de los años 60. O sea, yo en los grupos psicodélicos de finales de los 60. Con flequillo, así que... no tengo nada que ver. Me parecían una pandilla de pijos sin ningún respeto. Ahora se sacraliza mucho lo de la «movida». Me parecían una pandilla de mierdecillas. Pero no les di ninguna importancia, porque no la tenían. Nosotros estábamos al margen. En el año 82 fuimos el grupo que más tocó en directo. Era como quitar un caramelo a un niño».

Carismático y polémico, Jorge Martínez ha recorrido junto a Ilegales todos los matices del rock más salvaje. En sus letras, los perdedores tienen poco que hacer en un mundo que no perdona su debilidad. Controvertido o no y por encima de las opiniones ajenas, su extenso recorrido lo sitúa como uno de los más brillantes guitarristas del panorama rock español.


Atentamente:
Rafael Moriel

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