En un mundo que mayormente publica a los vips asiduos a programas de telebasura, el tercer premio literario adquiere, si cabe, mayor importancia. Y es que, la literatura ha perdido hace ya mucho tiempo, el sentido intelectual que le otorgaba un verdadero sentido.
El tercer premio literario supone, en muchos casos, la novedad. La innovación, el sentimiento y «el granito de arena» sólo pueden venir desde un lugar que no está de moda. En un mundo en el que la mayoría de los certámenes literarios resultan fraudulentos y las publicaciones literarias tan sólo buscan una cifra de ventas, el tercer premio es la auténtica esperanza.
Mentiría si dijera que no me hubiera gustado que me otorgasen el primer premio, en aquellos certámenes literarios a los que me presenté, y en los que fui premiado. Sin embargo, estoy seguro de que mi mejor premio se corresponde con el tercer puesto. Y también soy el tercero, tras mis dos hermanas.
La novedad es nuestra. La originalidad y el progreso, el honesto descubrimiento. Y quizá el aislamiento, como diría Charles Bukowski... nuestro gran premio. ¡Quién sabe!
El tercer premio literario supone, en muchos casos, la novedad. La innovación, el sentimiento y «el granito de arena» sólo pueden venir desde un lugar que no está de moda. En un mundo en el que la mayoría de los certámenes literarios resultan fraudulentos y las publicaciones literarias tan sólo buscan una cifra de ventas, el tercer premio es la auténtica esperanza.
Mentiría si dijera que no me hubiera gustado que me otorgasen el primer premio, en aquellos certámenes literarios a los que me presenté, y en los que fui premiado. Sin embargo, estoy seguro de que mi mejor premio se corresponde con el tercer puesto. Y también soy el tercero, tras mis dos hermanas.
La novedad es nuestra. La originalidad y el progreso, el honesto descubrimiento. Y quizá el aislamiento, como diría Charles Bukowski... nuestro gran premio. ¡Quién sabe!
Atentamente:
Rafael Moriel
Rafael Moriel
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