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domingo, 17 de septiembre de 2023

«Hey Jude», el artista no es un ser perfecto


Recuerdo haber leído unas declaraciones de Julian Lennon tachando a su padre de hipócrita, entre otras cosas. Los juicios y reproches así son habituales de hijos a padres, mayormente con vidas tormentosas, y también las hemos conocido en el caso de otros grandes creadores como Bob Marley, a quien se tachó de machista, violento y maltratador.

El artista no es un ser perfecto.
Personalmente, no lo pongo en duda. Lamento que unas tóxicas relaciones parentales marcasen la vida de sus hijos, condenándolos a la vulnerabilidad. Pero no hace falta ser artista para ser un pésimo padre. El objetivo de este post no es juzgar a las personas que los artistas fueron, sino poner de manifiesto que un artista no es, en ningún caso, UN SER PERFECTO.


Un artista no es perfecto, ni tiene por qué serlo. Sólo es un ser humano, imperfecto y frágil como otro cualquiera, en ocasiones cegado por su ego. Es probable que jamás sea el mejor ejemplo a seguir. Un artista es un creador; sus ideales, su vida íntima, sus posibles adicciones, sus juicios y tendencias de cualquier índole, etc., conforman unos determinados marcadores para juzgarlo bajo un prisma concreto.


¡Qué más da cómo fuesen sus vidas! Bastante tenemos con vivir las nuestras en un mundo loco, donde todo tiene un precio, dirigido y gobernado por las desigualdades y la sinrazón. Criad a vuestros hijos lo mejor que podáis... Disfrutando de las canciones, los libros, las películas, los lienzos, etc. Su legado artístico, inspirador y visionario.

Atentamente:
Rafael Moriel

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