Ficha
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El Nadador Frank Perry (1968) |
Título: El Nadador (The Swimmer)
Dirección: Frank Perry, Sydney Pollack
Guión: Eleanor Perry (historia: John Cheever)
Música: Marvin Hamlisch
Fotografía: David Quaid
País: Estados Unidos
Año: 1968
Duración: 95 min
Género: Drama
Reparto: Burt Lancaster, Janice Rule, Janet Landgard, Tony Bickley, Marge Champion, Bill Fiore, Kim Hunter, Nancy Cushman
Productora: Columbia Pictures
Dirección: Frank Perry, Sydney Pollack
Guión: Eleanor Perry (historia: John Cheever)
Música: Marvin Hamlisch
Fotografía: David Quaid
País: Estados Unidos
Año: 1968
Duración: 95 min
Género: Drama
Reparto: Burt Lancaster, Janice Rule, Janet Landgard, Tony Bickley, Marge Champion, Bill Fiore, Kim Hunter, Nancy Cushman
Productora: Columbia Pictures
Sinopsis
Ned Merrill es un seductor nato. Un auténtico triunfador. Alguien capaz de decirte lo que deseas escuchar, aun a riesgo de mentir.
El exitoso hombre de negocios reaparece, después de tres años, en las inmediaciones de una zona residencial a las afueras de Connecticut, únicamente vestido con un bañador:
Es domingo por la mañana y sus amigos se recuperan de una terrible resaca, tras una fiesta en sociedad. Ned está en una forma física excelente. Hace un día magnífico y el sol refulge en lo alto del cielo. Tras tomar un Martini junto a ellos y cruzar su piscina, Ned se propone atravesar todo el condado, nadando en cada una de las piscinas de sus vecinos hasta llegar a su casa, con el propósito de recorrer la orilla del río Lucinda, que en ese preciso instante bautiza en homenaje a su esposa.
Así comienza su periplo, corriendo por el campo, donde se siente enérgico y libre. A lo largo del camino se cruza con amigos y conocidos que, poco a poco, irán desvelando su realidad. Ned evoluciona poco a poco, desde la bienvenida al rechazo, tras su encuentro con diferentes personajes del pasado, entre los que destacan, de alguna manera, la canguro de sus hijas, un curioso matrimonio de naturistas, un niño solitario que interpreta una triste melodía con su flauta, y su amante... quien viene a poner el broche de oro al carácter fingido de su malograda existencia. Entretanto, el día comienza a nublarse.
El exitoso hombre de negocios termina frente al vigilante de una piscina pública, quien le reprende, obligándole a ducharse para limpiar sus pies heridos.
Finalmente, Ned se encuentra junto a la puerta de su casa abandonada, cuyos enseres fueron vendidos en una subasta de beneficencia. El sol se ha ocultado y hace frío. La feroz tormenta se desata cuando afronta el presente, cubierto únicamente por un traje de baño, arruinado y solo.
Basada en una genial narración corta del escritor John Cheever publicada en 1964, el guión de la película fue escrito por Eleanor Perry, la mujer de Frank Perry, quien tuvo serios problemas para dirigirla, viéndose en la necesidad de abandonarla, dejándola en manos del joven y desconocido Sydney Pollack. «El Nadador» es una obra experimental y muy atrevida para la época, que incluso llegó a ser censurada en varios países. Según dijo el propio Burt Lancaster, la película estaba entre sus favoritas.
«El Nadador» es una película de culto, onírica y algo hipnótica. En ella, el estilo fraudulento da paso a un intenso vacío existencial, precisamente el gran temor de toda alma vanidosa.
El exitoso hombre de negocios reaparece, después de tres años, en las inmediaciones de una zona residencial a las afueras de Connecticut, únicamente vestido con un bañador:
Es domingo por la mañana y sus amigos se recuperan de una terrible resaca, tras una fiesta en sociedad. Ned está en una forma física excelente. Hace un día magnífico y el sol refulge en lo alto del cielo. Tras tomar un Martini junto a ellos y cruzar su piscina, Ned se propone atravesar todo el condado, nadando en cada una de las piscinas de sus vecinos hasta llegar a su casa, con el propósito de recorrer la orilla del río Lucinda, que en ese preciso instante bautiza en homenaje a su esposa.
Así comienza su periplo, corriendo por el campo, donde se siente enérgico y libre. A lo largo del camino se cruza con amigos y conocidos que, poco a poco, irán desvelando su realidad. Ned evoluciona poco a poco, desde la bienvenida al rechazo, tras su encuentro con diferentes personajes del pasado, entre los que destacan, de alguna manera, la canguro de sus hijas, un curioso matrimonio de naturistas, un niño solitario que interpreta una triste melodía con su flauta, y su amante... quien viene a poner el broche de oro al carácter fingido de su malograda existencia. Entretanto, el día comienza a nublarse.
El exitoso hombre de negocios termina frente al vigilante de una piscina pública, quien le reprende, obligándole a ducharse para limpiar sus pies heridos.
Finalmente, Ned se encuentra junto a la puerta de su casa abandonada, cuyos enseres fueron vendidos en una subasta de beneficencia. El sol se ha ocultado y hace frío. La feroz tormenta se desata cuando afronta el presente, cubierto únicamente por un traje de baño, arruinado y solo.
Basada en una genial narración corta del escritor John Cheever publicada en 1964, el guión de la película fue escrito por Eleanor Perry, la mujer de Frank Perry, quien tuvo serios problemas para dirigirla, viéndose en la necesidad de abandonarla, dejándola en manos del joven y desconocido Sydney Pollack. «El Nadador» es una obra experimental y muy atrevida para la época, que incluso llegó a ser censurada en varios países. Según dijo el propio Burt Lancaster, la película estaba entre sus favoritas.
«El Nadador» es una película de culto, onírica y algo hipnótica. En ella, el estilo fraudulento da paso a un intenso vacío existencial, precisamente el gran temor de toda alma vanidosa.
Personalmente, «El Nadador» figura entre mis películas favoritas. En ella, la existencia del protagonista gira en torno a la mentira, hasta el punto de que llega a creérsela. Pocas veces la vanidad quedó tan bien reflejada.
Como en los grandes relatos cortos, logra hacerte pensar. Cada personaje, cada frase y cada metáfora adquieren sentido:
«¿Has visto qué hermoso día hace?», es una de las primeras frases.
Dedicado a mi amiga Isabel Salama, profesora de Eneagrama.
Como en los grandes relatos cortos, logra hacerte pensar. Cada personaje, cada frase y cada metáfora adquieren sentido:
«¿Has visto qué hermoso día hace?», es una de las primeras frases.
Dedicado a mi amiga Isabel Salama, profesora de Eneagrama.
Atentamente:
Rafael Moriel
Rafael Moriel