martes, 29 de noviembre de 2011

Recital Literario Presentación de «La Botica, revista literaria», Nº 17

«La Botica, revista literaria»
Portada Nº 17

El próximo domingo día 4-12-2011 tendrá lugar la presentación del número 17 de «La Botica, revista literaria». El evento tendrá lugar a las 20:00 horas en «Green Bay Bar», sito en la calle Portal del Rey nº 22, de Vitoria-Gasteiz.

La presentación del nuevo número de la revista dará paso a un recital literario, en el que participarán diversos colaboradores habituales de la revista.

La entrada es gratuita y el público podrá hacerse con ejemplares impresos de la revista, cuyos lectores habituales aguardan desde hace tiempo.

Recital Literario (4-12-2011)

Rafael Moriel (poesía, prosa y guitarra)

Jorge Girbau Bustos (poesía)

Blanca Ríos (poesía)

Maite García de Vicuña (prosa)

Luis García Angulo (poesía y prosa)

Virginia Mauleón (piano)

Atentamente:
Rafael Moriel

sábado, 12 de noviembre de 2011

Homenaje a la Poesía y Poetas Vascos

El día 14-11-2011 a las 19:30h tendrá lugar, en la Biblioteca Bidebarrieta de Bilbao (c/ Bidebarrieta nº 4), un acto «Homenaje a la Poesía y Poetas Vascos».

Los rapsodas Carmen Bereciartua, Mª Ángeles Pérez y Fernando Zamora recitarán textos poéticos de los autores Carmen Bereciartua, José blanco, José Fernández de la SotaPablo González de Langarika, Mari Feli MaizkurrenaMª José Mielgo, Rafael Moriel, Kepa MuruaBlanca Sarasua, Kirmen Uribe, Fernando Zamora y Sergio Oiarzabal.

El acto será presentado por la directora y coordinadora de la revista literaria «Alborada-Goizaldia», Mª José Mielgo.

Homenaje a poetas vascos, 14-11-2011
(Biblioteca Bidebarrieta de Bilbao)
Carmen Bereciartua, José blanco, José Fernández de la Sota,
Pablo González de Langarika, Mari Feli Maizkurrena,
Mª José Mielgo, Rafael Moriel, Kepa Murua, Blanca Sarasua,
Kirmen Uribe, Fernando Zamora, Sergio Oiarzabal

Atentamente:
Rafael Moriel

martes, 8 de noviembre de 2011

Ramsés II, «el Grande»

Abu Simbel, templo principal
foto: Rafael Moriel

Usermaatra Setepenra o Ramsés Meriamón, más conocido como Ramsés II «el Grande», fue el tercer faraón de la Dinastía XIX, fundada por su abuelo Ramsés I, descendiente de una familia de militares que alcanzó rango con carrera militar.

Hijo del faraón Seti I y su gran esposa real Tuya, Ramsés II tuvo al menos dos hermanas y un hermano llamado Nebchasetnebet, que no alcanzó la edad adulta, por lo que Ramsés se convirtió en corregente de Seti I con tan sólo 14 años.

Pero Ramsés ya soñaba desde niño con ser faraón. Criado en hábitos castrenses, quiso llegar incluso más lejos que los constructores de las pirámides, alcanzando la inmortalidad a través de sus monumentos.

Con apenas 25 años, Ramsés II se convirtió en faraón de Egipto y rey del mundo, insistiendo en su origen divino, tal como ya insinuaran algunos de sus antecesores, Amenhotep III y Hatshetsup. Sus 66 años de reinado lo afianzan como un auténtico rey de la propaganda, conocido como único gobernante durante varias generaciones, combatiendo en la batalla más famosa de la historia egipcia y firmando el primer tratado de paz conocido, atribuyéndose a sí mismo una fama de general invencible.

La famosa batalla de Kadesh, al norte de Siria, sucedió en torno al quinto año de su reinado, tras intentar expulsar a los hititas. El rey hitita Muwatallis II tendió una emboscada a Ramsés II, quien confiado, había rehusado los consejos de sus generales, luchando en la emboscada con muy pocos hombres. Sin embargo, el resto de las tropas egipcias, retiradas tras sus órdenes, llegaron a tiempo de evitar la derrota frente a los hititas, que al menos los duplicaban en número. El joven Ramsés II, en una apabullante maniobra propagandística, se atribuyó la victoria, firmando un astuto tratado de paz con el rey hitita, que afianzó desposándose con una de sus hijas.

Ramsés II decidió otorgar todo el poder militar a sus hijos, nombrando sumo sacerdote a Nebumenef, cercano a su entorno, lo que facilitó las relaciones con el clero. Ordenó trasladar la capital del imperio egipcio a Menfis, y posteriormente a la nueva ciudad de Pi-Ramsés Aa-najtu (la ciudad de Ramsés), lejos de Tebas. Tras resolver sus problemas militares, Ramsés II se centró en borrar las huellas de otros faraones, incluyendo a su padre, destacándose con especial ahínco en la figura de Akenatón.

Las construcciones de Ramsés II demuestran su carácter ambicioso. Tan sólo con la sala hipóstila de Karnak se ganó la inmortalidad, aunque destaca asimismo el complejo de Abu Simbel en Nubia, con el que se erigió rey del sol. Sus arquitectos fueron instruidos en astronomía y dedicó el segundo templo del complejo a su esposa preferida, la reina Nefertari. Abu Simbel está considerada la joya de Egipto, e incluye los nombres grabados de sus primeros 45 descendientes legítimos entre sus paredes. El día 21 de octubre y el 21 de febrero (61 días antes y 61 días después del solsticio de invierno), los rayos del sol penetraban en el templo principal, hasta la segunda sala, iluminando los rostros de las estatuas de Ra, Amón y Ramsés II, quedando la estatua de Ptah (dios de la oscuridad) en penumbra. Se cree que estas fechas coinciden con la coronación de Ramsés II, y el día de su cumpleaños. La reubicación final del templo, llevada a cabo entre 1964 y 1968, debido a problemas derivados tras la construcción de la presa de Asuán, desplazaron el fenómeno solar a los días 20 de febrero y el 22 de octubre.

Ramsés II usurpó el mayor número posible de monumentos erigidos por sus predecesores, empleando técnicas bajo relieve que dejaron su sello por todo el imperio egipcio. Sus más de cien descendientes (152 conocidos) fueron enterrados en la tumba KV7 del Valle de los Reyes, la más grande conocida, descubierta en 1988 y que, al igual que ocurriera con la tumba del propio Ramsés II, fue destruida por las aguas que arrasan el valle periódicamente.

Se cree que el gran maestro de la propaganda política, el más vanidoso de todos los faraones, murió a los 90 años de edad, con una riqueza en su enterramiento de origen desconocido. Actualmente, las tumbas más hermosas conocidas se corresponden con la de Seti I y Nefertari, su padre y su esposa preferida.

Ramsés II excluyó de la historia a Akenatón, Tutankamón y el resto de faraones, hasta la Dinastía XIX. Al parecer, su largo reinado y el inmenso esfuerzo constructor resultaron letales para Egipto, dejando al próspero Imperio Nuevo con sus días contados. Durante su reinado, pudo permanecer incluso más alejado del pueblo que el faraón Keops,, del que cuentan que una de sus hijas llegó a prostituirse para afianzar la construcción de su pirámide, considerada la primera maravilla del mundo.

Momia de Ramsés II
Museo de El Cairo

Atentamente:
Rafael Moriel