El gesto capaz de emocionarme es aquel que viene desde lo divino, y que a pesar de toda la complejidad de un enrevesado problema, se resuelve pidiendo perdón. Sencillamente.
Pedir perdón y ser perdonado engrandece al ser humano.
Decía Francisco Umbral que él sólo lloraba por emociones estéticas. El perdón, sin embargo, está muy por encima de todo esto. Comienza con un nudo en la garganta y entonces uno cae en la cuenta de que no puede resistirse.
Pedir perdón y ser perdonado engrandece al ser humano.
Decía Francisco Umbral que él sólo lloraba por emociones estéticas. El perdón, sin embargo, está muy por encima de todo esto. Comienza con un nudo en la garganta y entonces uno cae en la cuenta de que no puede resistirse.
Atentamente:
Rafael Moriel
Rafael Moriel
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