El ego es ese ser horrible, que vive dentro de nosotros, y que es directamente responsable de nuestra infelicidad.
Pero el ego de un escritor no es diferente a cualquier otro, y además es necesario e imprescindible para lograr nuestros propósitos. Ninguna otra verdad podría resumirlo de un modo más simple: sin ego, no hay vida.
Pondré un ejemplo sencillo para intentar explicarlo:
Ayer acudí con mi chica a un bar, donde un grupo de músicos interpretaban versiones en directo. Parece una tontería, pero si uno desea disfrutar del concierto y tener una buena vista, es necesario ponerse en primera línea, o muy cercano a ella. De lo contrario, todo el mundo comenzará, poco a poco, a empujarte... después se te pondrá un tipo delante, que no te dejará ver. Te pasarán las bebidas por delante de la cara, y tendrás que apartarte para no te las tiren encima. Después vendrán otros tantos... Dejarás de ver a los músicos y paulatinamente serás desplazado, entre la muchedumbre. Incluso te pisarán, hasta que finalmente terminen pasándote por encima, de alguna manera.
Algo parecido sucede con la literatura. Un escritor necesita estilo propio y una marca personal. Es necesario, no sólo trabajar la obra literaria en sí, sino darla a conocer y tener una cierta altura de miras, de cara a promocionarse como autor. Tener muy claro cuáles son nuestras necesidades y objetivos, y luchar por ellos.
El ego es muy necesario... Pero con consciencia.
Pero el ego de un escritor no es diferente a cualquier otro, y además es necesario e imprescindible para lograr nuestros propósitos. Ninguna otra verdad podría resumirlo de un modo más simple: sin ego, no hay vida.
Pondré un ejemplo sencillo para intentar explicarlo:
Ayer acudí con mi chica a un bar, donde un grupo de músicos interpretaban versiones en directo. Parece una tontería, pero si uno desea disfrutar del concierto y tener una buena vista, es necesario ponerse en primera línea, o muy cercano a ella. De lo contrario, todo el mundo comenzará, poco a poco, a empujarte... después se te pondrá un tipo delante, que no te dejará ver. Te pasarán las bebidas por delante de la cara, y tendrás que apartarte para no te las tiren encima. Después vendrán otros tantos... Dejarás de ver a los músicos y paulatinamente serás desplazado, entre la muchedumbre. Incluso te pisarán, hasta que finalmente terminen pasándote por encima, de alguna manera.
Algo parecido sucede con la literatura. Un escritor necesita estilo propio y una marca personal. Es necesario, no sólo trabajar la obra literaria en sí, sino darla a conocer y tener una cierta altura de miras, de cara a promocionarse como autor. Tener muy claro cuáles son nuestras necesidades y objetivos, y luchar por ellos.
El ego es muy necesario... Pero con consciencia.
Atentamente:
Rafael Moriel
Rafael Moriel
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